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La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn pertenecen a un grupo de condiciones llamadas enfermedades inflamatorias intestinales, o "IBD", por sus siglas en inglés. Aunque cada una tiene características especiales que la diferencia de la otra, comparten el hecho de ser desórdenes mediados por una activación inapropiada del sistema inmunológico, el cual ataca las células del intestino como si no fueran nuestras. Esta activación produce una inflamación constante del intestino que puede provocar dolores abdominales, diarrea y sangrado rectal. Como resultado de la inflamación, las células del tejido gastrointestinal se dividen mucho más rápido de lo normal, lo que aumenta la probabilidad de una mutación y el desarrollo de cáncer. Aparte del envolvimiento del tracto alimenticio, puede haber también manifestaciones en otros órganos como la boca, los ojos, la piel, las articulaciones, el hígado y los conductos biliares que pueden o no variar con el control médico de la condición intestinal. En el caso de la colitis ulcerosa, la inflamación se limita al intestino grueso o colon. Siempre hay envolvimiento del recto y dependiendo de la situación, la inflamación puede limitarse al recto, extenderse al lado izquierdo del colon exclusivamente o tener un envolvimiento total del órgano. La enfermedad de Crohn es un poco más retadora ya que puede envolver cualquier región del tracto gastrointestinal, desde el esófago hasta el colon. Además está asociada con la formación de túneles o fístulas que comunican el interior del intestino con otro segmento de intestino, otro órgano adyacente o la superficie de la piel, más notablemente la región alrededor del ano. También tiene una incidencia más alta de producir estrecheces en el intestino, lo que puede provocar obstrucciones y necesitar de cirugías. El tratamiento de estas condiciones debe ser individualizado dependiendo de cuál de las dos estemos tratando, la severidad de los síntomas, la salud general del paciente y en algunos casos preferencias personales tomando en cuenta los beneficios y riesgos del tratamiento. En general contamos con anti-inflamatorios sistémicos como prednisona, anti-inflamatorios locales como mesalamina, antibióticos como metronidazole, moduladores del sistema inmunológico como mercaptopurina y la relativamente nueva generación de anticuerpos monoclonales (o fragmentos de ellos) que bloquean la acción de una de las proteínas mediadoras de la reacción inflamatoria (factor de necrosis tumoral o "TNF") como infliximab y adalimumab. Aparte del tratamiento, el paciente y el gastroenterólogo deberán tener una buena comunicación de por vida para prevenir o identificar a tiempo cualquier posible complicación de la condición o de los medicamentos usados. Las colonoscopías de prevención son extremadamente importantes para disminuir los riesgos de cáncer, el cual puede desarrollarse mucho más rápido que en pacientes regulares y no necesita pasa por la etapa de pólipo como usualmente sucede en la población general. |
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Colitis Ulcerosa / Enfermedad de Crohn |